VAMOS A TRABAJAR CON UNA EMOCIÓN NUEVA.
RECORDÁIS QUÉ ES UNA EMOCIÓN?
Asamblea. Seguimos en círculo y les explico a los niños que vamos a conocer un poco más acerca de “la rabia” y “el enfado”. Les pregunto si saben lo que es una rabieta y si alguna vez han tenido alguna. Aprovecho y les animo a que cada uno de ellos cuente una situación en la que se enfadaron mucho pero muchísimo, o algo por lo que se suelan enfadar muy a menudo.
Imaginándonos esas situaciones ponemos cara de enfadados, o meditamos unos segundos en silencio acerca de cómo se sienten en esos momentos . ¿Nos sentimos bien enfadados? ¿Conseguimos algo positivo con ello?
Nos levantamos y jugamos a “Estatuas y emociones revueltas”. Cada vez que diga “Estatua enfadada” tenemos que quedarnos quietos con cara de enfadado, y así con las demás emociones. Si digo “Estatuas revueltas” todos nos movemos sin parar por todas partes. Este simple ejercicio sirve de calentamiento y hace que los niños relacionen las emociones con su cuerpo y sepan identificarlas. P
Explico la rabia con un globo. Cuanto más nos enfada algo más nos llenamos de rabia, y les digo que si quieren controlar sus emociones deben poder ser capaces de hacer que su globo se deshinche. Llenamos de aire el globo a la vez que lo llenamos con pensamientos y cosas que nos hacen enfadar. Después les digo que cuando suelten el globo apunten hacia un sitio concreto. ¿Por qué no fueron capaces de dirigir el globo hacia ese punto? Porque la rabia no siempre va hacia donde queremos. Por eso es importante calmarnos a tiempo.
La caja del enfado. Pensamos en algo que nos enfada mucho y abrimos la caja. ¡¡ES EL ENFADO!! El enfado que hay dentro de la caja lo simbolizo con una tela roja que me pongo encima y se apodera de mí y no me deja ni ver ni pensar con claridad. Cuando tengo encima la tela (el enfado) me choco con los demás, tiro cosas sin querer, estoy confuso al no ver la realidad, como cuando estoy muy enfadado. El que tiene la tela cuando se siente a meditar podrá quitársela. “Cuando meditamos el enfado desaparece”. Este ejercicio que sepáis que funciona con niños pequeños y con mayores si se adapta un poco, comprenden de una manera muy sencilla lo que provoca en ellos y en su alrededor estar enfadado. ¡Probarlo!
Rugiendo como leones. Les digo que vuelvan a concienciarse con el enfado. Sentimos como una cosa va subiendo por nuestro estómago hacia nuestra garganta, nos ponemos rojos como en el cuento y hacemos la postura del león para soltar un enorme rugido. Lo repetimos pero esta vez sentimos de nuevo el enfado que sube de nuestra barriga hacia la garganta, y como somos conscientes de que ese enfado está dentro de nosotros nos hacemos fuertes y valientes para soltarlo por nuestra boca al rugir como leones. ¡Qué alivio! Funciona muy bien con los niños de 3 a 6 años, pero ¡alivia a cualquier persona!.
Rugiendo como leones. Les digo que vuelvan a concienciarse con el enfado. Sentimos como una cosa va subiendo por nuestro estómago hacia nuestra garganta, nos ponemos rojos como en el cuento y hacemos la postura del león para soltar un enorme rugido. Lo repetimos pero esta vez sentimos de nuevo el enfado que sube de nuestra barriga hacia la garganta, y como somos conscientes de que ese enfado está dentro de nosotros nos hacemos fuertes y valientes para soltarlo por nuestra boca al rugir como leones. ¡Qué alivio! Funciona muy bien con los niños de 3 a 6 años, pero ¡alivia a cualquier persona!.
TÉCNICAS PARA CALMAR EL ENFADO
La respiración. Por supuesto es la herramienta número uno que habría que enseñarle a los niños desde muy pequeños. Quien controla su respiración controla su vida dicen, y estoy convencida de que es verdad. Por tanto, lo primero que debe hacer un niño o adulto para controlar su enfado es controlar su respiración.
Saltar. Pensaréis que es una tontería pero saltar es una buena actividad para minimizar el enfado cuando el niño es consciente de él. Les encanta que les digas que para ayudarle a superar el enfado irás saltando con él hasta otra parte de la clase o casa, acabáis dándoos un abrazo, y ¡no os olvidéis de barrer los restos del enfado del suelo para tirarlo a la basura!. Funciona muy bien cuando el niño siente que está empezando a enfadarse con algo.
Garabato del enfado. Cogemos un papel y una cera o algo para dibujar. Les explico al niño/a que mientras pensamos en el enfado vamos a empezar a hacer un garabato muy rápido y fuerte (que sean pinturas que no se rompan fácilmente), sin sentido, mientras gritamos fuerte para que nuestro enfado salga de nosotros hacia el dibujo. Cuando acabemos cogeremos el papel y lo romperemos en pedazos para que la última pizca de rabia que quedaba se nos quite. ¡Qué liberación! Es de sus favoritos.
Dibujar y escribir. Estas dos actividades tan habituales nos ayudan mucho a prevenir que un enfade acabo estallando. Funciona con todos, con niños pequeños, mayores y adultos. Podemos dibujar algo en concreto que nos apetezca en ese momento, o hacer algo libre y abstracto que sintamos. Y si son niños mayores, ayudarles a escribir como se sienten es realmente terapéutico. Liberan a través de las palabras escritas mucha rabia e ira, y les hace controlar mejor la situación antes de que les desborde. Podemos darle la opción de romper el enfado y hasta quemarlo sin son muy mayores bajo nuestra vigilancia, para que crean realmente que al romperlo o quemarlo el enfado desaparece.
Mandalas. Ya hemos hablado de dibujar, pero dibujar mandalas es algo diferente. Podemos darle a un niño/a un mandala vacío en el que expresen su enfado, o uno con formas para que simplemente lo coloreen y se relajen. Dibujar mandalas tiene múltiples beneficios, y entre ellos está combatir el enfado y la rabia. Déjales que elijan si prefieren crear uno libre o colorear uno, y explícales que sientan como todo su enfado y sus emociones negativas se están pasando al mandala.
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